jueves, 14 de mayo de 2015

Coff coff

La hora del insomnio. La pinche tos horrenda. En vez de dar más vueltas en la cama, compu y escribir este cosito.

Este año todo cambia. Pienso en mi hermanito y el novio. Pienso en mí y estas cuatro paredes tan blancas. No estoy en mood cursi (pinche tos) ni con la urgencia de poner por escrito ideas para evitar que se me escapen. Nope. Nomás me siento y mato el tiempo. Y toso quedito para que mis ruidos no te toquen; igual que evito darte besos para evitar que mis bichos malignos te ataquen.

Hoy que estaba en el cine, con la cabeza en el hombro de otro y el olor de su loción apendejante, pensaba en ti. Sin cursilerías, sin escenas de peli de enamorados. Nomás pensaba en ti. En si no te estarías mojando. Me hacía ruiditos la panza de hambre y pensaba en si ya habrías cenado. Insisto, sin música romántica de fondo, ni escena en las que se ven las lágrimas inundándome los ojos de tanta añoranza y luego la toma cambia a.... Nada. Sin fuegos artificiales ni mariposas adolescentes.

Es cagado cuánta gente aparece en mis letras. Y resulta medio triste pensar en todos los que no. Me da tantita culpa. Y llega una ola de tos y se me pasa.

Me detengo a oírte respirar. Pinche tos. No te despiertes. Mañana va a ser día pinche largo.

Y releo esto y me sorprende la capacidad de garabatear y no decir ni madres. Seh, seguro es esta tos que me agita las neuronas y no las deja funcionar. Ajá.


No hay comentarios:

Publicar un comentario