Es como dice P: nada pinche peor que enamorarte de un feo. Después de que te ruegue por años, por supuesto. Y le das chance, nomás por no dejar. Y, claro, caes como pendeja. Como pinche quinceañera. Malditos feos papasitos que luego cambian sus prioridades y se largan. Y una con su pinche enamoramiento entre las manos; sin saber qué carajos hacer con él.
Y lo peor es que esta rola tan buena me recuerda a otro pinche feo papasito.
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