domingo, 29 de junio de 2014

25 de junio

Quizá deba sentarme a escribir un poco. Esto de las pérdidas es algo que no me queda muy claro todavía. Le decía a una amiga que ésta es la pérdida más cercana que he tenido; carajo, he vivido una vida muy afortunada. Los detalles y las cosas las voy a escribir por otro lado. En otro momento. Pero hoy, aquí, sólo quiero hablar de las ganas que tengo de quedarme en este sillón un muy buen rato. De enajenarme tantito. De gritarle a la tele.

La vida se va moviendo. Las cosas se van acomodando. Y sí, siento que cada vez entiendo menos mucho de lo que me rodea. Carajo.

Hay cosas que no me gustan. Algo debo hacer al respecto. No aquí. No ahora. Pero algo en algún momento. Por lo pronto, mañana tbn me doy chance de estar hasta la madre y con ganas de quedarme a vivir envuelta en esta cobijita y con este trapito de conejos en la cabeza.

Despertaré temprano. El ratito de ejercicio. Y haré algo bueno de desayuno. Dios mio. Supongo que ha de ser horrible que la gente se muera en su casa... Mejor en el hospital... Quizá sin sufrir mucho... Chale, ya no sé. Mantengo la vista en el piso porque no me atrevo a ver lo que hay más allá.

Las cosas se acomodan. La gente también. Y esta maldita moneda al aire que no acaba de caer. Siento que todo se me desmorona y queda sólo este coso de tierra en que estamos parados. No sé si hago bien, pero que el aire se lleve lo demás. Tenemos que tener bien puestas las patas aquí. Tenemos que dejar ir las cosas que aún no hemos llorado suficiente, pero que qué le vamos a hacer.

Tengo que sacar fuerzas de algún lado. Quizá si fuera como planta... o como celda solar. Aunque con tanto día nublado y tanta lluvia...

Sigh. Pero hoy no. Hoy me tapo y me quedo en este sillón echada. Que se desmorone lo que sea. Ya lo recuperaré luego. Queda ponerle todo lo que tengo y soy a lo que se nos viene encima. Total; los rides de camión hacia el trabajo son buen momento para ver por la ventana y llorar.


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