Si fumara, saldría a algún balcón a observarte. Cigarro en mano. Así, de lejos. Me dan risa los saltitos que doy de repente. El modo que tienen las arenas asentadas de alebrestarse otra vez. Y soy tan distinta. Tan consciente de tu darme atención a cuentagotas. Me pongo a fantasear con el viaje que se viene. Con lo distinto que sería todo si hubiera decidido irme a cierto otro lado.
Tiro mi cigarro imaginario. Uff, de la que nos salvamos, corazón.
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