Si la mayoría lo decidió, aunque yo me vea afectada, me chingo. Siempre me ha parecido que hay algo chueco en ese precepto. El sábado fuimos a Coyoacán y acabamos viendo al aire libre "Memorias del futuro":
Estuvo bueno, pero me hice medio de piedra para que no me tumbara. Pasan a un compa diciendo que hace falta que quien gobierne sepa de sed y hambre. Ojalá bastara: mi mamá fue siempre muy pobre y hoy no quiere volver a saber nada de eso; vive tranquila diciendo que no nació para hacer caridades.
Ale pedía consistencia: sé bueno o malo; legal o ilegal, pero sé consistente. A mamá no se le pueden pedir esas cosas. Supongo que existe en algún lado una definición de lo que quiere ser y que es consistente con ella. Sin embargo, no creo que esté muy conciente de tal definición. Y es que mi cerebro matemático funciona al revés: decido qué quiero ser y trato de actuar en consecuencia. Me exijo consistencia y busco sentirme orgullosa y satisfecha de lo que hago y soy.
Siempre que hablo de definiciones me acuerdo de Pedro, que alguna vez me dijo que los deber seres apestan, que hace falta deshacernos de fijaciones y vivir. Así que también sé que lo que quiero ser no es siempre lo mismo; que aplican restricciones y excepciones y demás modificaciones.
Así que hoy me cayó un veinte de por qué hablar con mi mamá es cada vez más imposible y vine a ponerlo en letras de molde para que no se me olvide. Mi actuar es deductivo y ella no tiene ni idea de definiciones e implicaciones y consistencias. Nomás es y punto. Nota mental para la próxima vez que platiquemos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario