Conversaciones con el hermano

Últimamente Diego me cae mejor que nunca. A pesar de que luego lo enchufen en su examen de proba o de que no acabe su práctica de física, nos da por ponernos a chismosear a horas inapropiadas.

Hoy hablamos, entre mil cosas más (incluyendo al taxista que casi nos mata), de hipocresía y de máscaras y de fijaciones. De lo complicado que es entender que el aceptar las propias deficiencias no te hace más pequeño. Y es que todos deberíamos tomar clase de yoga, para ver si así aprendemos que el chiste es observarse sin juzgar y concentrarse en lo que ganamos y no en lo que nos falta. ¿Te cansas después de 5 segundos? ¿No te doblas ni 10 grados? Ni pedo, te falta fuerza o te falta flexibilidad. Para eso estás en yoga. No hay pedo, cada quien a su ritmo. No. Hay. Pedo.

Total que no somos perfectos. No somos lo que nos gustaría ser. Y cada quien lidia con eso como puede. Mamá empieza sus conversaciones diciendo: "No es que le quiera echar tierra a la vecina, pero hace rato, fíjense que..." ¿Neto, madre? ¿Neto no le echas tierra? Mejor decir: "La idiota de la vecina se pasó y voy a viborearla con ustedes." Entiendo que le gustaría ser menos víbora y más tolerante pero que no siempre se puede. O cosas como "Ya estoy hasta la madre de mi amiga Fulanita porque nada más me llama si necesita algo", pero bien que se queda con ella aconsejándola horas y horas cada que le marca. No sé, quizá sería más sano aceptar que le gusta que su amiguita mensa la agarre de oráculo de Delfos sin sentir la necesidad de justificarse ante nosotros.

Y es que concluimos Diego y yo que el chiste está en nombrar a las cosas por su nombre y no andarse con mamadas. Por eso me caga todo lo políticamente correcto. "Son indios," nos decía Julián Meza, "¿qué es eso de indígenas?" Es complicado ser capaz de decir: "Sí, volé cálculo en 2do semestre y ya me veía perdiendo la beca y yéndome a la unam" sin sentirse mierda al pronunciarlo. Y también es complicado dejarse de pantallas. Decía Diego: "Yo cuando era economista odiaba a todo el mundo; neto me creía lo que decía Hobbes," porque ésa era su definición de lo que debía hacer o pensar un economista. Yo en la prepa creía que los ipods y las niñas idiotas eran culpables de todo el mal en el mundo porque pensaba que eso debía pensar un outcast medio hippie y amargado. Pantallas y fijaciones.

Sí, yo sé que no estamos descubriendo el hilo negro. Pero quería compartir que me gusta ver cómo Diego lo observa todo y se malviaja y me platica. Antes era bien mamón y bien cerrado y el más antisocial del universo. Me encanta ver que ahora es más contentito.... ah y 100% ingeniero. :)