sábado, 20 de junio de 2015

Tres noches y un día

I.

Esta cuidad que desde los aviones es un manto de chaquiras. Soy ave hipnotizada que regresa.


II.

La bendición que fue ignorar la forma de tu boca. La bendición que es saber lo que sigue tras este intoxicarnos de aire ajeno. La bendición y lujo que es poder besar sin prisas.


III.

Líneas que pintamos por el gusto de borrarlas. Niveles tácitos en los que decidimos revolcarnos hasta quedar en la orillita. Este vaivén de ser verdugo y torturado. Estirar lo más que sea posible los segundos.

Quizá sea que estas canas no han salido en balde.


IV.

Esta revolcada de aire fresco que es estar contigo. Este tablero pateado. Este contador setteado en cero.


V.

Tantos infinitos que nos quedan. Tantos modos en que todo se despeña y desintegra. Y, sin embargo, hoy sé de cierto que, si salto de tu mano, me iré volando por la ventana. Mañana ya veré.

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