Este momento del día en que el mundo aún no tiene que ser mundo porque nadie aún lo mira, así que puede quedarse indefinido y desordenado otro ratito. Me resisto a abrir los ojos y mirarte; con sentir el montoncito de calor que eres me basta. Busco tu mano con la mía y la siento responder desde tu propio mar de sueños: certezas chiquitas antes de que empiece la vida.
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