La misma humedad que es esclava del ciclo del agua; ése que aprendimos en la escuela; ése que gobierna también nuestras tristezas; ése que baila al compás de las mareas y provoca que me olvides cada tanto.
En un mundo paralelo, toda esta electricidad que vuela si te miro acaba disociando la humedad en pelotitas indivisibles y solitarias.
En un mundo paralelo somos una cosa, una, que rompe las tazas y las manos y los diques; una cosa que lo llena todo y lo calienta; somos esa lava primitiva de la que emana todo.
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