Se me escapan las ideas. Intento no pelar la ansiedad que tengo de que llegues. Tu sonrisa que derrota imperios y parte en dos los mares. Hace falta un cesto para ropa sucia. Unos toppers. Me sonrío. Es negocio divertido éste de saber vivir.
Este impulso que me provoca querer publicar manifiestos cada que decido o descubro alguna estupidez. Cuando esto blog deje de servir, volveré a tirarme al piso y patalear.
domingo, 27 de julio de 2014
Dolce vita
Doy otra mordida a esta baguette medio corriosa. El café. Me hace sonreír que haya rituales para todo en tu planeta. La baguette; sólo para no olvidar el sabor tan gris de la comida rápida de aquellos días. "Nadie puede vivir a base de eso," me dijiste, "el alma pesa más así." Me sorprende ver lo mucho que parece hogar este rincón. Lo mucho que depende del café nos hiciste. Las diez bolsas de súper del principio; "es lo mínimo que necesitamos para vivir como la gente." Fantaseo a lo largo de mis días con este instante en que todo el universo es el café. "No es lo amargo, es lo cremoso del grano. Y luego lo combinas con tabaco ligero." No sé bien en qué momen...
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