Giro ligeramente sobre la cama. La libretita en el buró. Mi intento de cachar con garabatos el instante. Y te miro. Y se resbalan los papeles por algún extremo de la cama. Tengo la cabeza llena de sábanas infinitas y diferenciables; de tanto malogrado isomorfismo en las libretas.
Será que a estas costas vienen a morir todas las letras.
Y lo poco que me importa.
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