Y otra vez ando acá a horas que no. Sigh. Pero bien. Esta calma que me da hablarte; esto de las almas que se entienden y se intensean. Las ganas de siempre de querer cuidarte de todo. Las preguntas que nos matan a las dos. Y estos weyes que nomás no. Y tanta inseguridad y tanta vida que nos queda (espero). Qué ganas de llenarte de besos y que todo quede como si nada; de quitarte tanta bronca de encima como si deshojara alguna flor. Yo ya no entiendo de amores ni de trabajo ni de gente ni de cosas. No entiendo por qué se me salen estas lagrimitas. Igual y es el cansancio. Un día prontito seremos grandes y seguras y podremos hacer que cambien cosas. Dependo tanto de ti; menos mal que no lo sabes. Quizá un día prontito saltemos por la ventana. Because yes.
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