Tiene rato que no me desvelaba leyendo alguna cosa. Ay, ese Baricco, qué bueno es. Respiro de puro contento. Como siempre que acabo de leer algo, me entran estas ganas de escribir. De escribir con un tono que no es tal cual el mío. Es como las ganas que me dan de hablar francés o alemán o chino cuando acabo de ver una peli en alguno de esos idiomas.
Venir a escribir alguna babosada con un aliento que no es el mío. Inercia. También me pasa con las canciones. Me he sorprendido canturreando algún pensamiento al ritmo de sepa dios qué melodía. Tengo buena memoria para los sonidos. Quizá sea por eso que se me da aprender idiomas; nunca sé de dónde me viene la certeza de que una u otra frase tienen sentido. Será que entiendo algo que no sé bien qué es y que me permite repetir
Es uno de mis temas recurrentes, éste de los idiomas. Los modos que tiene cada lengua para expresar ideas. El tono que se percibe al hablar en una u otra lengua. Este modo que tengo de decir cosas difíciles en inglés porque en español me suenan más ciertas.
En realidad no tengo mucho que escribir. Como pan tostado y tomo té de manzana. Y me sorprende darme cuenta que otra vez estoy fantaseando con que me miras. Con que cada letra que tecleo va a dar a algún lugar de tu piel. Con que sabes que te pienso y me sonríes desde allá.
Este garabato no lo publicaré. No que haga alguna diferencia porque nadie lee nunca mis pendejadas. Je, recuperé mi propio aliento. Mis peladeces y mis palabras whatever para denotar las cosas.
O sí lo publicaré. Total.
No hay comentarios:
Publicar un comentario