Hoy se trata de los amigos. Tizoc una vez me citó a los árabes o chinos: un amigo es uno mismo en la piel de otro. A lo largo de mi corta y chafa vida, hay momentos en que me dan ataques de notengoamiguitis. Sin embargo, me cae, me cae, me cae que es falso. Así que quise venir a poner aquí por escrito lo que le he aprendido a algunos de los muchos que le aportan cosas a mi vida. Igual y ya no los veo tanto, pero siguen estando en mi cabeza. A Diego le he aprendido a nombrar a las cosas por su nombre... y un mundo más. ¿Qué puedo decir? El día que Diego me falte me voy a quedar a la mitad... De Irene saqué la preocupación por todo lo vivo y un tipo muy especial de idealismo; de Emiliano, toda la poesía y toda la trova, a Les Luthiers y lo importante de ser sensible; de Pedro, el deshacerme de fijaciones; de Ale, todas las matemáticas y el darle a los problemas la importancia que tienen; de Trevi, el valor que alguna vez me hizo falta para dejar de darme atole con el dedo; de Mariana, el vivir feliz sin presiones ni preocupaciones; de Pili, las ganas de volver a escribir; del Animalito hermoso, el ser siempre auténtica y que si tu verdadero ser es fasion y superficial, no hay pedo; de Aida, a cuidar a las personas; de Rosario y el yoga, el observarme sin juzgarme; de Tizoc, el vivirlo todo con los ojos bien abiertos...
Alguna vez posteé en facebook una nota como del mismo estilo que esto; dando gracias por las aportaciones del mundo a mi existencia. Y repito lo que dije en esa nota: con tantas voces de gente tan valiosa en mi cabeza, cómo carajos voy a tener miedo o a sentirme chiquita! Voy a publicar esto en mi blog de juguete pero trataré de ir agregando más cosas que la gente me aporte. Para que no se me olvide. Para siempre sentirme fuerte y agradecida.
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