Honestamente vengo aquí a parlotear de sexo porque otra vez es tiempo de hospitales. Otra. Pinche. Chingada. Vez. Y miro mis manitas idiotas. Y me digo que esto va a salir bien... Otra. Pinche. Vez.
Así que hablemos de sexo. De las cosas que he aprendido y reflexionado estos días. De mis inseguridades. Sí, de cosas de las que no siempre hablo. Distraigámonos, deliberadamente. Porque otra vez mañana que vaya a verlo se volverá real... Así que... Sexo.
No entiendo el sexo sin estar enamorada hasta los huesos. Porque cuando es así, se me olvida que no me siento ni guapa ni sexy ni hábil y hago magia. Cuando son acostones es un asunto de técnica; de estereotipos... Aparentemente lo que hace a uno un buen amante es estar pendiente de lo que le gusta al otro. Sí hay técnica pero tbn se trata de entender al otro. Y es que al menos yo necesito sentirme cómoda para dejarme ser. Creo que a veces los hombres se pasan de atascados. Que creen que la pasión es lanzarte contra el sillón, sin pensar que te vas a dar en la cabeza contra la pared.
No sé, creo que se sacan de pedo. Pedir que me traten con cariño y me besen con calma no tiene que ver con que me esté enamorando. Quizá sea que los hombres se trauman porque creen que siempre nos clavamos. Tbn creo que se trauman y se quieren ver muy stallions and they try too hard. Y yo lo retroalimento haciéndome chiquita y dejándolos hacer todo sin opinar al respecto.
Me falta seguridad en estas cosas. Me falta experiencia y huevos. Algo me inventaré para también superar miedos en estos temas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario