No me des tregua, no me perdones nunca.
Hostígame en la sangre,
que cada cosa cruel sea tú que vuelves.
¡No me dejes dormir, no me des paz!
Entonces ganaré mi reino,
naceré lentamente.
No me pierdas como una música fácil,
no seas caricia ni guante;
tálame como un sílex, desespérame.
Que cada cosa cruel sea tú que vuelves.
Será esta perra cruel que es la primavera la que me hace tirarme al piso y pensar en el cobijo que encontraría en tu vientre.
Porque hacen falta manos que me acunen. Que me den de beber el aire que me falta. Que me miren calladitas mientras voy dando pasos de adolescente.
Hacen falta un par de pies bien puestos en el piso, porque para volar parte uno de algún suelo.
Una vez me dedicaron éste:
Una vez me dedicaron éste:
Te amo por ceja, por cabello, te debato en corredores
blanquísimos donde se juegan las fuentes de la luz,
te discuto a cada nombre, te arranco con delicadeza de cicatriz,
voy poniéndote en el pelo cenizas de relámpago
y cintas que dormían en la lluvia.
No quiero que tengas una forma, que seas
precisamente lo que viene detrás de tu mano,
porque el agua, considera el agua, y los leones
cuando se disuelven en el azúcar de la fábula,
y los gestos, esa arquitectura de la nada,
encendiendo sus lámparas a mitad del encuentro.
Todo mañana es la pizarra donde te invento y te dibujo,
pronto a borrarte, así no eres, ni tampoco
con ese pelo lacio, esa sonrisa.
Busco tu suma, el borde de la copa donde el vino
es también la luna y el espejo,
busco esa línea que hace temblar a un hombre
en una galería de museo.
Además te quiero, y hace tiempo y frío.
Esta eterna falta de algo que me haga continuar. Y que me hace venir a teclear estupideces. Esbozos de ideas que se cocinan.
Hoy pensaba en la química. En la diferencia entre el amor y el matrimonio. En lo irremediable de los cuerpos que se atraen. De los seres que se atraen. Me encuentro fantaseando con cosas así, naturales; en cosas que suceden sin que uno se tenga que esforzar. Y luego me acuerdo que el estar con alguien es también trabajo. Es amor, pero es trabajo.
Bota todo y fúgate conmigo. Seamos noviecitos un rato. Risitas. Elevadores. Besos a medias. Hoy está el clima para tontear un rato. Para jugar a que me encantas y a que el mundo vale madres.
Voy a echar el café con la amiga.
Traigo cachitos de poemas flotando en la cabeza. Es como mood de amores viejos.
O de amores nuevos. Un día de éstos lo invito a salir. Así. Sin planes y sin estupideces. Total, pasando junio todos nos volvemos calabaza. Las doce campanadas.
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