(Hoy es uno de esos momentos por los que abrí este blog. Estos momentos de patear el piso gritando obviedades.)
Me rehúso a pensar que las cosas no tienen solución.
Elijo deliberadamente suponer que la gente es buena hasta que se demuestre lo contrario.
Necesito empezar a pensar en grande las cosas que hago; hay más dinero que buenas ideas. Hacen falta huevos y estómago. Hace falta crear un ambiente donde se pueda investigar e intercambiar ideas. Porque el opensource y la creatividad que tenemos en este país nos van a sacar del hoyo. Elijo el optimismo. El aprender a trabajar en equipo.
No se vale ser hostil. No se vale ser malo. Todos los modos de vida son válidos y no se vale juzgar.
Debo rodearme de gente que piense distinto. De gente que sea chingona e intimidante. Debo seguir llevando mis ideas ante públicos hostiles que me digan que no, que soy pendeja, que soy una escuincla, que cuando tenga una familia todo será distinto. Necesito aprender a identificar a la gente who gets it.
Elijo no conformarme. No dejar de pelearme cada día contra mi cansancio y mi hartazgo. Elijo pensar en grande lo que se me ocurre. Elijo no dejar de ser una pinche intensa de todo. Y no dejar de escuchar y de discutirlo todo. Hasta que se me acaba el aire. O las ganas. O hasta que tanta mamada en el mundo acabe por tirar mi dizque voluntad de acero.
Porque creo que existe un modo de juntarlo todo. En algún universo existe un modo de trabajar en cosas chingonas, que te hagan sentir bien y por las que te paguen bien. Porque vas y le vendes tus servicios a las empresotas y sacas baro para juntar investigadores. Para juntar gente que entienda tu pedo.
Y necesito respirar. E irme con calma. La cantidad de cosas que ignoro es no acotada pero no puedo ni podré hacerlo todo. Necesito definir a dónde diablos voy y jalar agua para ese molino. Que no son carreritas.
Porque el principal obstáculo es no creérmela. Porque en algún lugar existe más gente que cree que se puede. Porque hace falta encontrar un hueco y crear opciones distintas. Porque no se trata todo de pelear, porque existen modos de darle vuelta a las cosas. Porque no se trata de desgastarse convenciendo a los incrédulos. Porque esas energías están mejor enfocadas jalando junto a ti a gente que agarre el pedo.
Creo en el amor. En la piedad. En la amabilidad. En los profesores que motivan. En que mi presencia haga a los demás tener ganas de ser mejores. En rodearme de gente justo así. En dar clases chingonas. En nunca dejar de estudiar. En que es justo y necesario encontrar a tu gente y cuidarla. En que son las visiones y los intereses y las vocaciones compartidas lo que mantiene a la gente junta.
Creo que no debo quitar el dedo del renglón en el tema de energía.
Creo que me voy a ir cansando. Creo que la edad me va a pesar pero no debo dejar que suceda. Creo que estas ganas no son un mal de juventud y no se curan con los años. Creo que el día que me conforme habré muerto.
Creo que necesito cosas que me reten (escuela) y cosas facilonas (chance algún trabajo). Balancear las frustraciones y los aciertos.
Creo que necesito a un wey que sea un chingón. Más grande que yo. Investigador. Con conciencia social. Que me ayude a mantenerme libre de dramas y aprehensividades. No sé qué pedo con los hijos. Me gusta la idea de trabajar en mi país pero irme de repente un año a dar clases e investigar a otros lados. Me gusta pasear, me gusta el agua. Necesito poder tener tiempo y espacio de andar caminando por ahí o de manejar por Insurgentes a las 2am. O de cantar en el carro.
Elijo olvidar rencores pasados. Agresiones pasadas. Dolores pasados. Elijo...
Elijo continuar con esto después. Seguir puliéndolo. A ver qué más cosas se me ocurren.
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