miércoles, 13 de febrero de 2013

Síndrome de abstinencia

Me tienes fantaseando con pizarrones y salones. No sé, pero intuyo que el álgebra lineal se ve más clara si me la cuentas mientras rodamos por el piso. Algo me dice que quizá todo lo que sabes fluye bien por ósmosis. Sé que si cruzo la línea que he pintado descubriré otros mundos en tu abdomen. Veo los cabellos en tu nuca y me provocan tocarlos. He vuelto a este estado cavernícola y tengo la certeza de que el secreto del fuego está detrás de tus pestañas.

No te pares a pensar, amore, que toda magia es finita, que todo cántaro es agua. Quiero llenarme las manos despacito de ti. Quizá jugar a retenerte, aunque de mentiritas. Sentirte vibrar en resonancia al lado mío.

Estoy esperando que me toques. Adivino mi propio deshacerme en un montón de luces o de hojas de jazmín o de alguna otra cosa que tampoco rima, que tampoco tiene ritmo. Pero es que esta como taquicardia me impide escuchar lo que te escribo.

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