Si amás más los zapatos que el camino, no vale la pena caminar.
Yo todavía no tengo idea de qué pensar de la frase. No tengo conclusiones claras. Lo cual me hace sospechar que hay algo que no estoy queriendo ver.
Me siento y olfateo mi té verde con jazmín. Zoé de fondo. Cuando te me acercas / Se acelera mi motor / Me das fiebre / Me hago fuego y me vulevo a consumir. Soy mucho de símbolos. Como el fuego; no sé por qué ahora le asocio fuego a cierto fulanito. Soy mucho de símbolos. De hacer de detallitos cosas especiales. Así, para que las cosas de la vida me remitan a otros lares. Me decían alguna vez que siempre ando buscando más; que me chocan las clases que son simples, que ando siempre buscando cosas más allá. ¿Será?
Estos días me he dado cuenta de que sigo siendo una escuincla. No por todo lo que ignoro y por todo lo que no acabo de entender, que es un chingo. Sino por actitudes; de repente me sorprendo reaccionando como cuando tenía 16 años. Quizá sea que uno en realidad no cambia mucho. Quizá sea que es posible volver a las andadas después de un rato.
Voy a seguir haciendo tarea. Estos días no quiero pensar en amores. Estoy tan lejos de algo real. Para qué echarle limón a la herida. Mejor se lo echamos al té y bottoms up.
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