Es cagado, amor, que en vez de pensar en ti esté pensando en mí. Estos encuentros inesperados.
En un universo paralelo no me hice pendeja. En otro, tú me saludaste a mí. En otro otro, íbamos tomados de la mano. Ah, y en una infinidad de ellos, ni siquiera escribo esto porque nunca coincidieron nuestras vidas; en la misma infinidad en que soy una persona menos chida.
Así las cosas.
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