Y garabateas, amor, sobre la hoja. Veo tus engranes moverse y reinventar el mundo. La forma de tus manos que me parece tan ajena. El perfil extraño de tu cara.
Finjo que trabajo y me callo las ganas que tengo de entrar en tu universo; de llegar dando saltitos y tocarlo todo. Pero no, no; es que eres de esas cosas que contemplo a la distancia. Como burbuja que sabemos que reventará. Porque al final todo acaba y todo revienta y todo se...
Por lo pronto te respiro desde este rincón. Sabes que te espío y sé que sabes y sabes que sé que sabes y toda la cadena de saberes anidados. Quizá sea eso que sabemos lo que me hace sentarme un poquito más derecha; lo que te hace pensar un poquito más. Dicen que al final estamos todos buscando agradarle al mundo.
Me sorprende lo fácil y feliz de tu sonrisa. El cansancio que se asoma en esos ojos suaves. Lo bien que huele el cigarro si emana de tu ropa. Y, claro, este sentido de lo auténtico y lo verdadero de las cosas; de la comida, del café.
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